“No pertenezco a ninguna corriente estilística ni partido político”, afirmaba tajantePierre Paulin(París, 1927-2009). Imprevisible, solitario y polémico, se negaba a ser un creador, defendía el oficio detrás de su trabajo, quería ser un artesano, no un artista. Sin embargo, fue siempre todo menos convencional. Curvas, poesía e imaginación eran las claves de este visionario que se adelantó a los materiales y a las formas del siglo XXI e inventó una vanguardia colorista pero de una sobria elegancia.
Estudió escultura pero, tras lesionarse una mano, abandonó su carrera. Le esperaba, sin saberlo, una de las mejores trayectorias del diseño contemporáneo. Coqueteó con Thonet, aunque en 1956 se casó para siempre con la editora Artifort.
En una etapa de libertad creativa, los maravillosos 60,Paulin dio vida a muebles futuristas de tonos funky, del rojo intenso a un azul eléctrico bautizado con su apellido.Fue un innovador en formas y en tapizados elásticos. “Cualquier cosa me inspira”, decía. Y, efectivamente, lo más cotidiano le servía de musa para crear iconos como la sillaMushroom(1960), laOrange Slice(1960) o laTulip(1965). La emblemáticaTongue(1967), que forma parte de la colección permanente del MoMA de Nueva York, encarna su pensamiento: “Una silla debe ser algo más que funcional, tiene que ser agradable, divertida y colorida”.
Dune Sofa- Pierre Paulin
No toda su trayectoria fue un camino de rosas. Su modernidad hizo que durante los 50 y 60 sus diseños concebidos por él como “nuevas maneras para vivir en nuestras casas” fueran incomprendidos, y él mismo contaba que en esa época se limitó a sobrevivir. Esto cambió en 1970 cuando recibió el encargo del presidente Pompidou de ”hacer entrar a Francia en la modernidad, promover el diseño, el arte de vivir y la industria” renovando una serie de salas del palacio del Elíseo. Libertad creativa total solo coartada por una condición: “No hacer ruido”. Paulin triunfó y el único que hizo fue a nivel mediático. “Nunca me he considerado un mito, sino más bien un pupilo de la escuela americana de diseño de los 50 y 60, de los diseñadores de Herman Miller y Knoll”. Discrección a ultranza.